Con la publicación de este libro, La maravillosa gracia de Dios, tenemos ya diez tomos de lecturas devocionales fruto de la pluma de Elena G. de White. El hecho de que una iglesia mundial publique diez tomos de este tipo de un solo autor es significativo. Ningún otro escritor ha sido tan honrado. Aunque todos los libros dedicados a las devociones matinales han sido profundamente espirituales y han reflejado la consagración de sus numerosos autores como asimismo su calidad literaria, ningún escritor puede manifestar la profunda visión espiritual de esta extraordinaria autora. ¿Cómo se entiende esto? Ciertamente nos equivocaríamos si le diéramos el crédito a Elena G. de White, el individuo. Si ella viviera, sin duda nos daría esta humilde explicación:
“La Hna. White no es la originadora de estos libros. Contienen la instrucción que Dios le ha dado durante la obra de su vida. Contienen la preciosa y reconfortante luz que Dios ha dado en su gracia a su sierva para que la transmita al mundo. Esta luz debe surgir de sus páginas para iluminar los corazones de los hombres y las mujeres conduciéndolos al Salvador”.—The Review and Herald, 20 de enero de 1903.
Autor: Elena G. de White
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